La carrera por la IA: empresas aceleran su adopción, pero la mayoría sigue sin rumbo claro

La carrera por la IA: empresas aceleran su adopción, pero la mayoría sigue sin rumbo claro


Por: Héctor Herrera 



La inteligencia artificial se ha convertido en el recurso central para que las empresas enfrenten un escenario internacional marcado por la inflación, tensiones geopolíticas y un comercio cada vez más incierto. Sin embargo, un nuevo análisis global muestra que, aunque la mayoría de las organizaciones apuesta por esta tecnología, muy pocas están verdaderamente preparadas para integrarla de manera profunda y con resultados medibles.

El estudio Supply Chain's Big Bet on AI For Geopolitical Resilience revela que 71 por ciento de las compañías aumentó el uso de IA durante el último año. La razón es clara: las cadenas de suministro siguen bajo presión por fluctuaciones de precios, falta de componentes y riesgos políticos que cambian de forma constante. No obstante, ese impulso tecnológico convive con una realidad preocupante. Aunque 97 por ciento de las empresas ya experimenta con IA, solo 22 por ciento cuenta con una estrategia formal que guíe su implementación, y apenas una quinta parte toma decisiones en tiempo real con base en datos confiables.

Especialistas consultados para el estudio señalan que la disrupción dejó de ser temporal y se convirtió en un fenómeno permanente. En este contexto, la IA aparece como una herramienta clave para anticipar variaciones, optimizar procesos y responder con rapidez. Pero la mayoría de las organizaciones enfrenta un mismo obstáculo: falta de preparación interna, tanto en la calidad de sus datos como en la integración de sistemas.

Actualmente, la aplicación más extendida de la IA se concentra en el análisis predictivo, donde 52 por ciento de las compañías ya utiliza modelos para prever demanda o identificar riesgos inmediatos. En contraste, áreas estratégicas como el monitoreo de proveedores, la detección de anomalías o el seguimiento de riesgos geopolíticos siguen con una adopción limitada que no supera el 15 por ciento.

El estudio también evidencia tensiones dentro de las propias empresas. Mientras dos tercios de los directivos confían en que la IA mostrará resultados en menos de un año, menos de la mitad de los mandos medios comparte ese optimismo. A esto se suma un dato adicional: 79 por ciento de las compañías ha trasladado costos a los consumidores, reflejo de que la presión económica persiste pese al avance tecnológico.

Las diferencias regionales también son claras. Asia Pacífico y Europa encabezan el ritmo de adopción, con 81 y 78 por ciento respectivamente, mientras Norteamérica avanza con más cautela. Aun así, incluso en las regiones más dinámicas, la implementación suele ser superficial y con poca estructura interna para evaluar riesgos o sostener resultados a largo plazo.

El reporte introduce además un concepto que podría marcar la siguiente etapa en el desarrollo tecnológico: la IA agéntica, sistemas autónomos capaces de colaborar con personas en tiempo real. Pese a su potencial, menos del 10 por ciento de las empresas la explora actualmente, aunque especialistas consideran que será clave para construir cadenas de suministro flexibles y realmente resilientes.

La conclusión del estudio es contundente: la inteligencia artificial dejó de ser un complemento y se transformó en un elemento central para la continuidad operativa. Sin una estrategia sólida, gobernanza clara y preparación interna, las empresas corren el riesgo de depender de herramientas que no pueden aprovechar plenamente. En un mundo donde la incertidumbre ya es la norma, la capacidad de adaptación será el verdadero diferenciador competitivo.