Colaboración Especial del Maestro Héctor Navarrete M.
La historia oficial de Teotihuacán y sus habitantes se cuenta en los libros de texto educativos de Historia de México, específicamente en los libros de texto de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México.
La historia tradicional con la que fuimos educados cuenta que Teotihuacán fue una ciudad sagrada y un centro religioso y cultural importante en la época prehispánica.
Crecimos con la creencia de que fue fundada por la civilización teotihuacana, es decir; una civilización avanzada y sofisticada que floreció entre los años 100 a.C. y 750 d.C. de nuestra era.
Refiere la historia que la pirámide del Sol y la pirámide de la Luna son las estructuras más destacadas de la ciudad y fueron construidas para honrar a los dioses del sol y la luna.
Que Teotihuacán fue un lugar de peregrinación y un centro de poder político y económico en la región.
Sin embargo la historia no dice claramente que la ciudad fue abandonada alrededor del siglo VIII d.C. y su declive se atribuye a una combinación de diferentes factores, incluyendo la sobreexplotación de los recursos, las guerras y los saqueos.
Tampoco se dice que cuando los mexicas, llamados después aztecas por los propios españoles por venir de Aztlan cuando llegaron a Tenochtitlán, las pirámides de Teotihuacán ya existían, es decir; ya se encontraban en ruinas desde hacia muchos siglos atras cuando fueron encontradas por los mexicas y los españoles.
Teotihuacán fue en efecto una ciudad prehispánica que se cree floreció entre los años 100 a C. y 750 d.C., antes de que los mexicas después llegarán a Tenochtitlán en el siglo XIV y los españoles liderados por Hernan Cortés llegaran en el siglo XVI específicamente en el año de 1519.
Teotihuacán es uno de los sitios arqueológicos más fascinantes y enigmáticos de Mesoamérica. A pesar de ser una de las ciudades más grandes y complejas de la región en su época, sigue siendo un gran misterio quién la construyó y quiénes fueron sus habitantes.
La ciudad de Teotihuacán en su apogeo se construyeron impresionantes pirámides, templos, palacios y calles, que reflejan una gran sofisticación y conocimiento arquitectónico.
Sin embargo, a pesar de la riqueza y complejidad de la ciudad, no se ha encontrado ninguna inscripción, texto o registro que indique quiénes fueron sus constructores y habitantes. No se sabe qué lengua se hablaba, qué dioses específicamente adoraban esta civilización, ni qué tipo de gobierno tenían.
Este misterio ha generado numerosas teorías y especulaciones a lo largo de los años, pero ninguna de ellas ha sido definitivamente confirmada.
Algunos investigadores creen que Teotihuacán fue construida por una civilización desconocida que precedió a los aztecas y mayas, mientras que otros sugieren que la ciudad fue fundada por una confederación de pueblos mesoamericanos.
En cualquier caso, el misterio de Teotihuacán sigue siendo uno de los más fascinantes y desafiantes en la arqueología mesoamericana, y sigue inspirando la investigación y la especulación de expertos y entusiastas por igual.
El nombre de "Teotihuacán" proviene del náhuatl, la lengua de los aztecas. La palabra "Teotihuacán" se compone de dos partes: "teotl" que significa "dios" y "ihuacán" que significa "lugar" o "ciudad".
Según la tradición azteca, el nombre "Teotihuacán" se refiere al lugar donde los dioses se reunieron para crear al mundo y al hombre. "La ciudad de los dioses"
En la mitología azteca, se creía que Teotihuacán era un lugar sagrado donde los dioses habían creado el universo y habían establecido el orden cósmico.
Cuando los mexicas, posteriormente llamados aztecas por provenir de Aztlan descubrieron las ruinas de la ciudad, ya abandonada y en decadencia, la llamaron ellos mismos "Teotihuacán" en honor a su importancia religiosa y cultural.
Aunque los aztecas no fueron los constructores originales de la ciudad, adoptaron el lugar como un sitio sagrado y lo integraron en su propia mitología y tradición.
Pero quiénes vivieron en esta ciudad, cuándo fue su momento de máximo esplendor y cómo fue su caída?
Un artículo publicado para National Geográfic, la Dra. Natalia Moragas y la Dra. Alessandra Pecci publicado en enero de 2024. Natalia es Arqueóloga especializada en la arqueología de Teotihuacán. Profesora agregada del área de América del departamento de Historia y Arqueología de la Universidad de Barcelona y Alessandra por su parte Arqueóloga especializada en las ciencias aplicadas a la arqueología. Profesora agregada de Arqueología en la Universidad de Barcelona. Trabajaron en un proyecto en equipo las investigadoras, que se está desarrollando en Teotihuacán, está financiado por la Universidad de Barcelona, por la Universidad Nacional Autónoma de México y más concretamente por el INA y también por la Fundación Palarq.
Dicen las especialistas en arqueología que cuando hablamos de Teotihuacán hablamos de una gran ciudad de la Antigüedad. Una ciudad con una gran cantidad de población y con unas características muy concretas, algunas de las cuales incluso nos remiten a grandes ciudades de la antigüedad europea.
¿Pero cuál es el marco cronológico de esta gran ciudad?
Pues hay varios periodos: digamos que todo empezaría con el periodo clásico, ese momento en que se construye la mayoría de la ciudad arqueológica que puede visitarse hoy en día y que comprende los 500 o 600 primeros años de nuestra era.
Luego se produce una gran crisis, conocida como el colapso de Teotihuacán, que envuelve saqueos, incendios y destrucción; un tema muy interesante no solo a nivel académico si no que también es muy popularizable “la muerte de las pirámides, el colapso de los mayas”.
Refieren que en su contrucción la argamasa romana y la teotihuacana son muy parecidas, hay pinturas murales, hay pinturas al fresco. Hay muchas cosas parecidas entre las dos culturas. O sea, son muy diferentes pero las tecnologías digamos, no es solo el urbanismo si no los conocimientos que se llegan a alcanzar son parecidos en dos mundos que no tienen nada que ver, y con cosas que son muy distintas, pero hay algunas que nos hacen pensar en similitudes”.
Así, el nombre "Teotihuacán" se ha convertido en sinónimo de una de las ciudades más importantes y misteriosas de la civilización mesoamericana.
Refieren que “Para haber construido Teotihuacán, se necesito mover una mano de obra impresionante. Solo los materiales constructivos necesarios para realizarla y para realizar las diferentes etapas constructivas son infinitos. El Doctor Luis Barba, que es el otro codirector de este proyecto, hizo su tesis doctoral justamente sobre los materiales constructivos de Teotihuacán e hizo un intento de cálculo de la energía necesaria que consistió en cómo fue traído al lugar las grandes cantidades de materiales que fueron necesarios para construir la gran ciudad. Y muchas de las cosas que se usaron vinieron desde muy lejos, lo cual resulta inexplicable de quién ayudo a su construcción.
Por ejemplo la piedra caliza para hacer la cal, tuvo que haber sido traída de Tula, que era el llacimiento más cercano, los pavimentos que hemos estudiado se hacen mezclando piedra caliza con un material que viene de Altotonga, perteneciente al estado de Veracruz, ubicado a más de 200 km de distancia. La madera, tan solo las vigas de madera para construir los edificios venían desde la sierra. No los tenías ahí”.
El colapso de Teotihuacán:
Natalia, cuya tesis doctoral versa sobre esta cuestión, refiere que aparentemente hubo un tiempo que todo iba bien en Teotihuacán, la ciudad estába creciendo, habia vida urbana, gente de todo el mundo mesoamericano iba a comerciar, la ciudad está en todo su esplendor, ese es el punto de partida, teóricamente. Y entonces no sabemos qué paso, hay rastros de que hubo incendios, saqueos y aparece un complejo cerámico totalmente distinto. En la arqueología histórica cultural más clásica, el complejo cerámico nuevo quiere decir gente nueva que llega . Y si encima hay fuego e incendios… Los bárbaros del norte que atacan a los pobres teotihuacanos".
Entonces nos dan estos fenómenos y estos argumentos un tema de invasionistas, ¿no? como los bárbaros que llegan a Roma y se cargan Roma ¿no? Y que es lo que nos explicaron en la escuela. Sin embargo, los datos arqueológicos son estos. Hay un cambio radical en la ciudad de Teotihuacán que envuelve incendios y saqueos”.
Parece ser que, en efecto, aparece esta nueva gente, los llamados coyotlatelcos, (literalmente el pueblo de los coyotes), pero sin embargo eso tampoco aclara el problema porque…
“¿Cuántos coyotlatelcos fueron necesarios para atacar, vencer, quemar y conquistar una ciudad de más de 100.000 habitantes? Con un urbanismo interno casi laberíntico.
Como dice Natalia, la cosa ya no parece tan clara, esto de que fuera una invasión parece no cuadrar del todo. Así que hay que añadir más matices. Por ejemplo: el hecho de que parece que desde hacía un tiempo se venía cociendo una crisis de los poderes de la ciudad. Natalia nos ilustra:
“Lo que sí sabemos es que hay una crisis aparentemente, una crisis profunda del poder Teotihuacano. Y en el mundo antiguo, poder político y poder social y poder religioso están íntimamente relacionados. De tal manera que el sistema Teotihuacano se rompe. Y en los momentos finales involucra fuego y saqueo. Violencia lo empezamos a matizar, porque también hay propuestas de que el fuego forma parte de rituales mesoamericanos de cierre de ciclo, y el saqueo es básicamente, abrir un altar donde había una ofrenda y sacar los restos de la ofrenda fundacional y llevársela a otro lado. Que también es un fenómeno conocido en Mesoamérica”.
Pero incluso los matices son matizables en esto de la arqueología del mundo antiguo, pues la excavación de una zona no puede explicar lo que sucedió en el total de la extensión de la ciudad. En cualquiera de los casos, parece que la narrativa del colapso de Teotihuacán está siendo matizada y se están empezando a barajar distintos motivos más allá del puramente invasionista.
La historia de Teotihuacán es un tema de orgullo nacional en México y es considerada una parte importante del patrimonio cultural del país y quiénes la habitaron sigue siendo un gran misterio.