Clara Brugada Molina recibe el Bastón de Mando de mujeres sabias de Xochimilco
Ciudad de México — En un acto simbólico y lleno de significado cultural, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, recibió el Bastón de Mando durante su primer informe de gobierno, entregado por dos mujeres consideradas sabias y con profundo arraigo en las comunidades indígenas: la Abuelita Amalia y la antropóloga Tere Herrera.
La Abuelita Amalia, cuyo nombre es Amalia Salas Casales, es originaria de Xochimilco y reconocida como artesana, médica tradicional y defensora de la tierra, el maíz y el agua. Con una trayectoria de décadas dedicada a preservar las chinampas, la medicina tradicional mexicana y la gastronomía prehispánica, ha sido homenajeada por su labor comunitaria y su compromiso con la preservación de la cultura y los recursos naturales de la zona lacustre de la Ciudad de México. Su reputación como líder espiritual y cultural la convierte en un referente dentro de las comunidades indígenas locales.
Por su parte, la antropóloga Tere Herrera, originaria de Santa Cruz Acapixtla, ha trabajado de manera constante en la preservación de las tradiciones y la cultura de los pueblos originarios, así como en la promoción de su bienestar y derechos. Su participación en la entrega del Bastón de Mando simboliza el reconocimiento de su liderazgo y del respeto que mantiene en diversas comunidades de Xochimilco y otras regiones del país.
El Bastón de Mando, un símbolo ancestral de autoridad y respeto, representa no solo la legitimidad del liderazgo de Clara Brugada Molina, sino también su compromiso con los pueblos originarios de la Ciudad de México. La ceremonia reafirma la importancia de la inclusión de las voces indígenas en los actos de gobierno y en la toma de decisiones que impactan a sus comunidades.
La entrega del Bastón estuvo acompañada de rituales tradicionales que reflejan la cosmovisión de los pueblos originarios, subrayando la conexión entre el gobierno local y las raíces culturales de la Ciudad de México. Este gesto fue interpretado por expertos y líderes comunitarios como una muestra de respeto, diálogo y colaboración entre la administración capitalina y las comunidades indígenas, así como un compromiso con la preservación de su patrimonio y su participación activa en la vida política y social de la ciudad.
La presencia de la Abuelita Amalia y de la antropóloga Tere Herrera en este acto histórico refuerza la narrativa de un gobierno cercano a las tradiciones, sensible a la diversidad cultural y comprometido con los derechos y la identidad de los pueblos originarios. La ceremonia del Bastón de Mando se convierte así en un símbolo de unidad, reconocimiento y continuidad de las prácticas culturales que han definido la identidad de Xochimilco y otras comunidades de la Ciudad de México.