América Latina enfrenta una ola sin precedentes de ciberataques
Por: Inés Arroyo
América Latina se ha convertido en una de las regiones más vulnerables del mundo frente al aumento de ciberataques. Un estudio de Endeavor e Incode, titulado "Ciberseguridad, habilitador de confianza y competitividad", revela que los incidentes digitales crecieron un 25% anual entre 2014 y 2023, situando a la región por encima del promedio global.
Según el informe, las empresas latinoamericanas registran alrededor de 2,803 ataques semanales, frente a los 1,984 que se reportan a nivel mundial. Este crecimiento está vinculado al auge del comercio electrónico, que se disparó un 280% después de la pandemia, y a la expansión del Internet de las Cosas, con un incremento del 145%. Sin embargo, el desarrollo digital no ha sido acompañado por políticas sólidas, inversión en talento especializado ni una cultura de ciberseguridad consolidada.
La investigación advierte que muchas organizaciones viven bajo una "ilusión de preparación". Aunque el 65% asegura estar lista ante posibles ataques, solo el 17% evalúa de forma continua su estrategia y el 36% reconoce que no invierte lo suficiente en protección digital.
El factor humano sigue siendo el punto más débil. El 68% de las empresas identifica el phishing y la ingeniería social como las amenazas más comunes, y en México, el 41% de las compañías todavía depende únicamente de contraseñas para proteger sus sistemas. Esta práctica aumenta la vulnerabilidad frente a ataques que buscan explotar errores humanos.
Las consecuencias económicas son significativas. Cada incidente tarda, en promedio, 277 días en ser detectado y controlado, con un costo estimado de 3.81 millones de dólares por evento. Mientras los grandes corporativos enfrentan ataques más sofisticados, impulsados incluso por inteligencia artificial, las startups son más susceptibles por su rápido crecimiento y menor infraestructura de defensa.
Los especialistas destacan que la ciberseguridad debe asumirse como una inversión estratégica, no como un gasto. Además, insisten en la necesidad de una respuesta colectiva que combine educación digital, cooperación público-privada y políticas regionales que fortalezcan la confianza en el entorno tecnológico.
El reto para América Latina no se limita a resistir ataques, sino a construir una verdadera cultura de prevención y resiliencia digital. Solo así podrá garantizarse la competitividad y la seguridad en una economía cada vez más conectada.