Asesinan al líder social Juan Carlos Mezhua en Zongolica
Por: Héctor Herrera
El clima de violencia política en Veracruz volvió a encender las alarmas este domingo con el asesinato de Juan Carlos Mezhua Campos, exalcalde y figura emblemática de la sierra de Zongolica. El ataque ocurrió por la mañana en la comunidad de Piedras Blancas, donde Mezhua tenía una calera que funcionaba también como punto de reunión para su proyecto político más reciente: la formación de un nuevo partido.
De acuerdo con la información preliminar, Mezhua acudió al sitio tras haber sido citado en la entrada de su propiedad. Ahí fue sorprendido por un grupo armado que lo ejecutó sin dar margen de respuesta. El crimen se registró en un momento particularmente sensible para la entidad, pues coincidió con la visita de la Presidenta Claudia Sheinbaum a Veracruz.
La noticia fue confirmada por su equipo de trabajo a través de redes sociales, donde expresaron dolor, indignación y un reclamo directo a las autoridades. En el mensaje, acusaron la falta de resultados en la estrategia de seguridad y señalaron que "la única paz es para los delincuentes". Subrayaron también la trayectoria del exalcalde, a quien describieron como un hombre íntegro, con oficio político y comprometido con las comunidades indígenas de la sierra.
El asesinato de Mezhua no es un hecho aislado. En diciembre del año pasado, también en Zongolica, fue ultimado el diputado federal Benito Aguas, un episodio que marcó el inicio de una ola de agresiones contra liderazgos locales. Más recientemente, la violencia alcanzó a Pedro González Rodríguez, excandidato a la alcaldía de San Andrés Tuxtla, asesinado en circunstancias similares. A ello se suman los atentados contra dos presidentes municipales electos de Movimiento Ciudadano, quienes sobrevivieron a ataques directos durante el periodo postelectoral.
Este nuevo crimen refuerza la percepción de que Veracruz atraviesa uno de sus momentos más tensos en materia de seguridad política. Las agresiones contra figuras públicas en la región de Zongolica se han vuelto recurrentes, afectando tanto a liderazgos comunitarios como a representantes electos. La zona, caracterizada por su aislamiento geográfico y alta actividad social, se ha convertido en un terreno fértil para disputas locales donde la intervención criminal y la ausencia del Estado se entrelazan peligrosamente.
La ejecución de Juan Carlos Mezhua vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de replantear la protección a líderes comunitarios y actores políticos en Veracruz. Su muerte, además de representar una pérdida para la región que impulsó durante años, evidencia un patrón creciente de ataques que ya ha alcanzado distintos niveles de representación.
Mientras avanzan las investigaciones, crece la exigencia de justicia. La violencia que arrebató la vida de Mezhua no sólo afecta a su círculo cercano, sino que profundiza la preocupación entre quienes participan en la vida pública de Veracruz, un estado que enfrenta un reto mayor para garantizar condiciones mínimas de seguridad.