La iniciativa de la nueva Ley General de Aguas está encendiendo a medio país por esto:
1. El pozo sigue siendo tuyo, pero el agua NO:
La nueva ley dice que toda el agua subterránea es del Estado. Tú solo la usas mediante concesión renovable, no como un derecho permanente.
2. Ya NO se podrán vender, heredar o traspasar concesiones:
Ya no podrás vender tu pozo “con agua incluida”.
Si vendes tu propiedad, el agua no se transfiere al comprador.
Si falleces, la concesión se extingue.
Si la dejas de usar, regresa al gobierno.
Esto afecta a miles de agricultores y ganaderos que usan sus pozos como garantía financiera.
3. Posibles reducciones de volumen en zonas secas, es decir que en acuíferos sobreexplotados, el gobierno podrá:
Bajar el volumen de extracción
Suspender temporalmente pozos
Priorizar el uso doméstico sobre el agrícola
Estados áridos como Chihuahua, Sonora y Durango encendieron las alarmas por esto.
4. Más vigilancia, más sanciones, cero pozos clandestinos:
Medidores obligatorios
Monitoreo satelital
Revisiones más frecuentes
Multas más altas
Clausura inmediata de pozos sin registro
Incluso podrían existir sanciones penales por extracción ilegal.
5. Si vendes tu rancho, el pozo ya no vale lo mismo, los hoyos siguen ahí, pero:
El agua NO se traspasa
El nuevo dueño debe pedir su propia concesión
El gobierno puede aprobarla o negarla
Esto baja la plusvalía de terrenos agrícolas.
La reforma quiere ordenar el uso del agua, pero para quienes viven del pozo, del campo y de la noria, implica perder control, valor y derechos históricos.