El cempasúchil se marchita en Tixtla: floricultores viven su peor temporada

El cempasúchil se marchita en Tixtla: floricultores viven su peor temporada

Por: Inés Arroyo 

En Tixtla, Guerrero, los campos de cempasúchil, símbolo del Día de Muertos, enfrentan una de las peores crisis de los últimos años. A pesar de que la flor luce más viva que nunca, las ventas han caído drásticamente y los productores no logran recuperar su inversión.

El precio del manojo de flores se desplomó. En 2024 se vendía hasta en 250 pesos, mientras que este año apenas alcanza los 120 o 150 pesos. "No vienen los compradores como antes. Tenemos la flor, pero nadie la compra", lamenta Juan Carlos Morales Avilés, productor local.

Toneladas de flores permanecen almacenadas o marchitándose en los campos. La ausencia de intermediarios, la inseguridad, las lluvias y la competencia de flores importadas de China han dejado sin ingresos a cientos de familias que dependen de esta actividad.

Durante años, la venta de cempasúchil era el principal sustento de los campesinos de Tixtla. Con esas ganancias pagaban la siembra, los fertilizantes y la mano de obra, además de cubrir gastos básicos de sus hogares. Hoy, ese ingreso prácticamente desapareció.

Los productores recuerdan que antes llegaban camiones desde Hidalgo, Chilpancingo, Arcelia y otras regiones para comprar toda la cosecha. Ahora, los compradores son escasos y solo se vende una pequeña parte a habitantes de Tixtla y municipios cercanos.

El ayuntamiento ha intentado apoyar a los floricultores promoviendo las ventas locales, pero los esfuerzos no han sido suficientes. De las extensas hectáreas que antes cubrían el valle, hoy solo quedan 30 cultivadas, trabajadas por cerca de 500 campesinos.

La producción ha caído alrededor de 70 por ciento en los últimos años, y muchos terrenos agrícolas se están convirtiendo en viviendas. Lo que antes era una fiesta familiar, con campos llenos de color y esperanza, se ha transformado en una lucha por sobrevivir.

Los productores de Tixtla no pierden la fe, pero reconocen que el futuro del cempasúchil está en riesgo. La flor que guía a las almas en el Día de Muertos podría, irónicamente, quedar sin quien la siembre.